Wal-Mart condenada a pagar $31,2 millones a una empleada por discriminación de género y represalias

El gigante minorista Wal-Mart ha sido condenado recientemente a pagar $31,2 millones a una antigua empleada por discriminación de género y represalias. La farmacéutica Maureen McPadden alega que fue despedida de una farmacia de Wal-Mart en Seabrook, New Hampshire, por dos motivos: su género y como represalia por haber señalado condiciones de trabajo inseguras.

Antes de ser despedida, McPadden se dio cuenta de que su personal cumplimentaba incorrectamente las recetas de los clientes, como consecuencia de una formación inadecuada.

Cuando McPadden perdió accidentalmente su llave de la farmacia, la empresa utilizó este hecho como pretexto para despedirla a pesar de que llevaba 13 años trabajando para la empresa. McPadden cree que su sexo tuvo mucho que ver en el despido. Cuando un empleado varón perdió su llave de forma similar, simplemente se le amonestó, no se le despidió. Además, McPadden cree que la empresa la despidió porque denunció abiertamente la inseguridad de las condiciones de trabajo.

Aunque un jurado concedió a McPadden $15 millones en daños punitivos, Wal-Mart ha pedido al juez que rechace el veredicto o reduzca estos daños.

No es la primera vez que se acusa a Wal-Mart de discriminación de género. En 2012, cinco mujeres de Wisconsin demandaron a la empresa alegando que esta les negaba (a ellas y a otras empleadas) la igualdad salarial y los ascensos. Aunque el 72% de los empleados por horas de Wal-Mart son mujeres, solo el 33% ocupan puestos directivos.

¿Qué opina de las alegaciones de McPadden y del veredicto del jurado?